lunes, 11 de diciembre de 2017

Entrégate-De mi último libro (Atardeceres de fuego)


 

Entrégate con la ambición

De un borracho

En la taberna de mi cuerpo.

  Entrégame tus misterios

Para que yo lo despliegue.

 Navegaré con los frutos

De tu voluptuosa cosecha,

 Esparcidas por mis senos

Que ardientes lo esperan.

 Cráter de lava que me ciega,

 Huracán que me eleva

Por la pendiente de la locura

En el paraíso, de nuestra noche sin luna.

 No te detengas…no te detengas y sigue,

Al ritmo pausado de las cuerdas,

De la guitarra y de tus dedos,

Sobre mis piernas.


 Encarna Recio Blanco.





viernes, 8 de diciembre de 2017

Voy en busca y captura...


Voy en busca y captura

De una musa rebelde y traicionera,

Que entró de madrugada sin permiso,

 En mis pobres seseras.

 Se armó, la marimorena con mis neuronas

Hizo que el sueño escapara de mis ojos

A mi mente,  la alborotó de tal manera,

Que tuve que ponerme a lidiar, con las letras.

Pero de pronto se fue de mi lado,

Con muy malas maneras,

Diciéndome  que aquello que  trazaba

 Ella no me lo dictaba y que no tenía sentido

Ni ametria, lo que escribía.

 Me quedé pasmada en mi sillón de anea

Mirando al horizonte con reservas,

Por si daba la vuelta y volvía,

A ayudarme a terminar la faena.

Y por aquí voy…

 Como una loca por estas callejuelas,

Sin encontrarla, en mitad de la noche

 Que me gruñe,  entre gatos en celos,

Y entre fieras en alerta.


Encarna Recio Blanco.




Cada día tatúo mi cuerpo...


Cada día tatúo mi cuerpo

 Con colores chillones.

Para que la gente piense lo feliz

 Que soy, o lo loca que estoy.

No paso desapercibida

 Cuando paso sonriendo,

Con mi macuto a la espalda,

 Abarrotado de besos y versos.

¡Veo cada día unas caras!

 Que parecen que van muertos

Arrastrando el cajón por la acera,

 Directos al cementerio.

No se paran ni a ver, a la Luna,

 Ni a al Sol que brilla en los Cielos

Ni a mil niños que cual pajarillos,

 Van cantando y van riendo.

Ni se paran a pensar que tienen,

 El pan en su mesa  caliente

Y que pueden amar, a rienda suelta

 A cualquier viviente.

¡Qué caras tan serias Dios mío!

¡Cada día a mi paso veo!


 Encarna Recio Blanco.




Dejé escondidos los sueños...(Cartas de amor)


Dejé escondidos los sueños que algún día esperaba para que me encontraras, las esperanzas e historias que quería compartir contigo.

Deje escondidas las sonrisas, los libros, los poemas y todos aquellos  recuerdos, que ahora se amontonan en mi memoria.

Escondí las palabras que olvidamos decirnos en el filo de aquella luna, las miradas que furtivas, se han marchado con el viento, los anhelos, las ilusiones, y las mil cartas de amor, que te escribo, cada noche, en el rincón de los sueños.

He reservado el último abismo de la tierra, un pequeño paraíso, lleno de todos aquellos recuerdos, que escondí para ti, para nosotros, espero que algún amanecer me diga, donde están tus deseos, para esconderlos del mundo, de la tierra y hasta de los Cielos, para guardarlos en un rincón del alma, donde nadie pueda verlos.


Encarna Recio Blanco.



miércoles, 6 de diciembre de 2017

En esta tarde denuncio-(Reflexiones)


En esta tarde, denuncio con todas mis fuerzas,  el horror… el horror  y la tragedia que estamos padeciendo  cada día a nuestro alrededor.

 No se puede, ni se debe ver tanta sangre de inocentes derramada por los suelos, gente asustada corriendo de un lado para otro, esquivando un cuchillo, una bomba.

 La guerra, nos acosa en cada esquina a manos de unos pocos, que no les importa ni la vida de los otros, ni la muerte de ellos mismos.

 Esta tarde denuncio a los mandatarios de un mundo que se desgrana, entre laberintos del poder malsano, sin importarles el sufrimiento ajeno, y por no poner los medios suficientes para remediar tantas atrocidades.

 Que de una vez por todas, se percaten de esos mares llenos de pateras a la deriva, con seres de carne y hueso muertos de frío, de hambre y de sed, huyendo del infierno.

 Denuncio la hipocresía de este entorno tan hostil, la intolerancia y el desamor.

 Elevemos nuestras voces por esos niños que sufren y lloran, más de lo que juegan, que pasan hambre entre balas y miserias. Estamos acostumbrados a ver a mucha gente herida, pero no a ver a tantos niños destrozados, a oír gritos, pero no al estruendo de las bombas.

 Entre todos tenemos que vencer al terrorismo, a la falta de libertades, al descontrol, a la escasa solidaridad, a la ira, al egoísmo, a la rendición, a la incoherencia, y alentar a esos que rigen los destinos del mundo, a que encuentren la formula exacta, para erradicar de cuajo y arrear a los jueces de togas mohosas.

 Que el amor esta tarde haga,  una parada en el andén de nuestra estación, para preguntarnos, si por un día, somos capaces de amar a nuestro prójimo más, que a nosotros mismos.

 Si tenemos el amor y la solidaridad, en nuestras manos,  encontraremos las fuerzas para el perdón, las esperanzas en estas negras contiendas, la seguridad en el palco del miedo, y en los desencuentros.

  Por eso, mis letras en esta tarde,  son más que palabras,  oraciones,  es hablar con el corazón y el alma entre mis  manos, expresando estos sucesos tan cruentos, e intentar con ello, caminar hacia un mundo nuevo, a través de la unión de todos los pueblos, para que entre todos, intentemos hacer un mundo nuevo, y sigamos luchando con la única bandera de la Paz, y por la Paz del mundo.

 

Encarna Recio Blanco.


 


A ti me arrojo sin vacilar...




A ti me arrojo sin vacilar
Por la llanura de tu cuerpo.
Mójate en mi cascada arrolladora
Y bebe de mis aguas peligrosas.

En el viaje hacia la meta
Corona con tus manos mi impaciencia
Habítame con los suspiros
De tu frondosa sementeras.

Queriéndote ahogar en el placer
Mi cuerpo, no tiene hartura.
Cual un corcel desbocado
Se pierde, por la llanura.


Encarna Recio Blanco.



lunes, 27 de noviembre de 2017

He sellado en el sol un suspiro...


He sellado en el sol un suspiro

Y en la luna una quimera.

En el mar las emociones

Que en mi pecho juguetean.

En el monte una palmera

Y en la plaza un crucifijo

En la fuente aquel requiebro

Que vertían mis castigos.

En unos ojos dos lagrimas

Y en tu corazón cadenas.

Menta en dos bocas sedientas

Que esperaban besos de tenencias.

En la lluvia la esperanza.

Y en el trueno el desamor.

En la nieve  las despedidas

De nuestro prohibido amor.

Las caricias las planté

En una cima muy alta… muy alta

Para ver si florecían

Algún día.

  

Encarna Recio Blanco.