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jueves, 19 de junio de 2008

Tu querías mil poemas



Tú querías mil poemas y esperabas cada noche

A mis Ondas pasajeras que te contara el secreto

Lo que en mi alma tuviera.

 Yo escribía mil cuartillas con anónimos mensajes

Por las Ondas del espacio, por los cielos y los mares.

Para que  llegaran a tu jaula y a tu huerto tan desierto

Y que alegraran las noches de tus negros cementerios.

No había lunas ni estrellas que pudiéramos contar

Pero perdimos mil noches y esas… ya no volverán.

Las dejamos pasar creyendo que volverían

Y te aferraste al dolor sabiendo que te perdías.

Esos años, esas noches, esas tardes y esos días

Esos minutos cansados en los que siempre decías…

Que al mirar por la ventana a mí nunca me veías.

 Te escribí tantos poemas, cartas, versos fantasías

Canciones que en el olvido quedarán sin melodías.

¿Por qué quisiste escucharlas, recordando nuestra vida?

 Ya cuando todo se acabe para ti o para mí

Pensaremos en el tiempo que no pudimos vivir

Y pediremos a Dios que nos deje por un rato

Vivir unos años más… como si fuera un regalo.


 Encarna  Recio Blanco.






miércoles, 18 de junio de 2008

En el planeta que imagino



 En el planeta que imagino

No existe el tiempo ni el mal

Ni sonrisas destrozadas

Por la cruel realidad.

Ni coches en veloz carreras

Ni prisas, ni polución

Ni obreros sin un trabajo

Ni mentiras sin perdón.

Ni sicarios siempre en guerras

Matando sin remisión

A niños, viejos o ancianos

Sin ninguna compasión.

No existe la bomba atómica

Ni ninguna enfermedad

Ni las caras sin sonrisas

Ni espinas en un rosal.

Ni políticos de al cuarto

Que sólo saben llenar

Bien sus arcas del dinero

De la pobre sociedad.

Hay caminos de ida y vuelta

Y podemos tropezar

Las veces que haga falta

Para volver a empezar.

 El Mundo que yo imagino

No entiende de esclavitud

Ni de censuras ni vicios

Ni castigos en la cruz.


Encarna Recio Blanco.


martes, 6 de mayo de 2008

Te llamaré una tarde


Te llamaré una tarde por si puedes hablar

Quizás en esa tarde yo tenga un compromiso

Y tal vez al llegar a mi puerta llamar

 Para poder entrar, me pedirás permiso.

 

 Qué gusto me daría poder decirte ¡No!

Hoy ya tengo tiempo, pero si verme ahora

Es tu necesidad…espera fuera un rato

Por si te hago un hueco.

 

Aléjate del todo, no vuelvas a llamar

Me duele por demás tu gran indiferencia

 Y ya ves, ante tanto dolor y vaguedad

Me tengo que callar mordiéndome la lengua.

 

Pero ya volverás, mi amor te dejó un hueco

Difícil de llenar, procura que ése tiempo

 No te transcurra en balde

Y piensa las disculpas que luego me darás.

 

Te llamaré una tarde por si puedes hablar

Pero te juro…y juro sin omitir verdad

Que aunque me quede sola para poder entrar…

¡Me pedirás permiso!

 

Encarna Recio Blanco.


lunes, 5 de mayo de 2008

Ahora que ya no mato por ti



Ahora que ya no mato por ti, que no me muero por verte

Preguntas desesperado que pasará por mi mente.

Cuando da igual si volver, si girar o ir de frente

Cuando queda la intención de nunca más ir a verte.

Ahora que ya es muy tarde pretendes que yo me quede

En el rincón del olvido esperando a que regreses.

El tiempo que nos pasó, las lunas que nos velaron

Y la extraña sensación de perderte… se esfumó.

Queda la compasión de sentirlo y no amarlo

Para mí ya es igual que ese tren que está pasando.

Donde una vez hubo llamas, ahora solo hay fracasos

Donde apagaron los fuegos la plenitud de un verano.

Vuelven los pasos perdidos de un transeúnte olvidado

Laberintos de pasiones que al final fui desvelando.

En la autopista del cielo no caben nuestros pecados

Ni los renglones torcidos que quisimos  sujetarlos.

Alguien me quiere contar un cuento que estoy viviendo

Ya  lo conozco muy bien porque lo estoy padeciendo.

Y aunque su eterno final Sonroje mi sufrimiento

Es mejor sentirlo una vez que vivir sin conocerlo

Tanto fue lo que temí, al día que no volvieras

A las noches y las horas que no pasaste a mi vera

Que el miedo se convirtió en lo que llaman paciencia

Y con un poco de valor se transformó en transigencia.

Y como  suele pasar lenta pero directa…

Esa estupenda virtud, se tornó en indiferencia.

Ahora ya es muy tarde para cambios o perdones

O para buenas razones que alguna vez no me diste.

No pretendas suplicar lo que quise regalarte

Para las cosas hay tiempo y el tuyo

Lo malgastaste.

 

Encarna Recio Blanco.



domingo, 4 de mayo de 2008

No se cuanto tiempo hace



No sé cuánto tiempo hace

Que no siento la magia entre mis dedos

Que no le canto a los mares

Que no le silbo a los vientos.

Cuanto tiempo pasó

Que no sé ni de dónde vengo

Ni a donde me guían mis pasos

Por ese infierno.

El velo de mi celo

Acalora mis adentros

Me devuelve como loca

Lo que por ti estoy sintiendo.

Fluye la sangre en mi cuerpo

Con desastre y desconcierto

Cual ola contra una roca

Que se estrella  con estrépito.

 La luna desde lo alto

Me hace un guiño traicionero

Y me grita que estoy viva

Y que puedo amar de nuevo.

Pero lo que ella no sabe

Es que te di el corazón…

Y mis brazos que te unieron

En eterna comunión.


 Encarna Recio Blanco.



martes, 29 de enero de 2008

Cuando el tiempo pase




Cuando el tiempo pase…

Y el cemento de nuestra unión persista.

Cuando las lenguas callen al ver nuestra dicha

Y las calles desiertas nos saluden.

Cuando a los montes veamos llorar porque arden

Llenándolo todo de negra ceniza.

Cuando los ríos se duerman porque van sin agua.

Cuando el mendigo llame y se le dé comida.

 Cuando no tengas madre que pueda besarte

Ni amigos ni amigas para acompañarte.

Cuando el tiempo pase…

Y ya nuestros cuerpos acusen desastres.

Cuando los dramas terminen sus actos

Y  las caretas no puedan tapar los desaguisados

De esta sociedad.

Ni  las riquezas nos puedan comprar.

 Ni aquel peregrino pueda caminar.

Ni aquella manceba preñada se quede.

Ni aquel fiero lobo a su presa aceche.

Ni el cura en la iglesia pudiera rezar…

Porque Dios no es sordo y sabe escuchar.

Cuando las familias vuelvan a rezar

Y no se oigan gritos...Sólo susurrar.

 Cuando el tiempo pase...

¿Qué puede importar?

Si en nuestras conciencias

Exista la Paz.

 

Encarna Recio Banco





domingo, 30 de diciembre de 2007

Hace mucho tiempo pluma



Hace mucho tiempo pluma.

Que no te tenía entre mis dedos.

Hoy torpemente te busco

Para decirte un secreto.

Lo quiero…

Lo quiero, como lo quise

Aquella noche de invierno.

Aquella mañana fría

Que se prendió de mi lecho.

Se me encogió el corazón

Tiritaban mis adentros,

Nuestras bocas se juntaron

En apasionados besos.

El lecho, nido de fieras.

Los cuerpos, de calenturas.

El sudor nos inundaba

De sementera fecunda.

Hace mucho tiempo pluma

Que vomitarlo quería.

No te lo quería decir

Por si de mí...

Te reías.

 

Encarna Recio Blanco