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viernes, 14 de febrero de 2020

Hoy me pregunto...

 


Hoy me pregunto

Si también el alma duele.

Porque al corazón le oí,

Quejarse en mí, muchas veces.

Pero este escozor que tengo

 No sé de donde proviene.

Voy a rogar a los Cielos…

¡A ver si se compadece!

 

Encarna Recio Blanco.




viernes, 23 de noviembre de 2018

Y ahora que te digo...



¿Y ahora que te digo, si  ya te vas del todo?

Se me nubla la mente y no  sé qué decir.

Quizás un hasta luego, o tal vez, un hasta pronto.

En momentos como éstos es necesario mentir.

Qué fácil es olvidar lo que en falsedad se vive.

Qué difícil es decir que no sientes la verdad,

Que las palabras te duran, justo el tiempo que las dices,

Pero los muchos momentos que son tan sólo un suspiro.

¿Por qué suelen perdurar?

Tus besos, tu piel caliente, tus palabras, tu emoción,

Tu sencilla devoción con ojos fijos y ardientes.

Yo sé que el alma no miente en las cosas del amor.

¿Y ahora  que me queda si tú tienes que marchar?

Ya sé… un raro perfume, un necesitar soñar.

Porque esto, ha sido un sueño.

¡No me despiertes jamás!

 

Encarna Recio Blanco





sábado, 20 de octubre de 2018

Apareció el otoño de repente...


Apareció el otoño de repente, casi sin hacer ruido.

 Las altas montañas ahora dormitan

Esperando la caricia de las nieves,

En las interminables noches de hojarascas.

 Un silencio sepulcral las envuelve soportando

Las tempestades  con manos duras.

 Altivas permanecen entre un viento  helado y bronco,

 Cambiando sus colores   me dan la bienvenida.

¡Donde emigraron las cigarras y los grillos!

¡Donde se fueron los rayos del sol que me abrasaban!

Donde se fueron las olas de aquella playa que siempre…

Me abrazaban.

Aquí estoy…Abandonada a lánguidos recuerdos.

Esperando lo que siempre espero temblando por si llegara

Algún día…el hombre que más quiero.

Tiemblo al pensarlo retando al destino pero se malogra,

Se abre la herida.

Y en mi fuero interno sigo en esa espera aunque

Sé que el milagro, nunca llega.

El otoño me desnuda y resplandece.

El futuro se me vuelve escarcha.

Ya no sé si estoy viviendo un sueño, o una verdad…

 Recia y amarga.

¡Otoñeció de pronto!


 Encarna Recio Blanco.



sábado, 9 de junio de 2018

Se acabaron las preguntas...


Se acabaron las preguntas sin respuestas.

Terminaron las esperas sin llagadas.

 Las duras fronteras ya están cerradas

Y ese mar, que divide nuestro mundo

Sigue furioso chocando contra las rocas.

 Ya no seguiré tus pasos, y tú seguirás tu rumbo.

 No puedo con la duda en mi macuto.

Ni el silencio que me acosa sin parar.

Ni las campanas al vuelo que tocan

A gloria, o a funeral.

 Afronté los duros retos en la espera.

Cabalgué a lomos de titanes que siempre

Me dejaban naufragando en barcos de papel

A la deriva.

 Esta espera interminable

Es más fuerte que las armas y el dolor,

Mi mente me pide vacaciones

Aunque mi  corazón… diga que no.

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 8 de mayo de 2017

Mi voz ya no grita...


Mi voz ya no grita, solo susurra.

Por la empinada montaña voy desfallecida

Tratando de escalar hacia tu oculta cima.

Al mundo he dado la vuelta con tu nombre,

Preguntando y preguntando, dónde estarías

Pero nadie…nadie te conocía.

Al no escucharte vivo amodorrada

 Haciendo acopio en mis recuerdos

 Del alimento sagrado de tus palabras

 Que me dan la vida.

 Los estíos se han helado de repente.

 Las amapolas y las jaras también dormitan

Y el silencio sepulcral, me aterroriza.

 A ciegas sigo sin encontrarte…

Pero hasta el último suspiro que me quede

Seguiré  en tu búsqueda… ¡Vida mía!

 

Encarna Recio Blanco.




viernes, 5 de diciembre de 2014

En esta tarde otoñal...


En esta tarde otoñal llora el Cielo, le pregunto y no obtengo respuesta.

Lánguidas mis manos se desperezan, buscando… ¿qué buscan?

¡Pues en marcha, voy  a daros faena!

 En esta tarde tan negra me gustaría volar y volar  por un Cielo en calma.

Con las alas recién estrenadas de cualquier ángel despistado

Que se haya quedado dormido en mi cama.

 Me gustaría…acorralar a la miseria y detenerla. Ponerle grilletes a los forajidos

Que envuelven sus vergüenzas con trajes de marcas.

Amamantar a los niños sin madres y darles cobijo en mi alma.

 Me gustaría…aliarme con la alegría y reír, reír, hasta que se me rompan las quijadas. Bañarme desnuda en el mar un amanecer y que sus olas sosegaran mis ansias.

 Perderme en un mundo donde solo existieran Soles, flores, y Lunas  encandiladas.

Emborracharme de poesías y de buena compañía, beber de sus  labios y envenenarme, hasta caer desfallecida.

 Me gustaría irme, donde pudiera enamorarme del viento. Donde consiguiera pelearme con la soledad.

Hacer una hoguera con el maldito dinero y que brillaran las cruces en los cementerios y  abrir los barrotes de aquellos inocentes, que estén presos.

 Me gustaría irme…donde lograra llorar y a reír a un tiempo por aquel truhán que un día me dijo; Te quiero.  Adosarme a un tren sin raíles y seguir esperando

Otra media vida hasta que aparezca el hombre  que más quiero.

 Esta tarde me gustaría, salir corriendo de esta maldita oscuridad.

De tantos sinsabores, de mis incontrolados miedos.

Del sueño que siempre he tenido y que el funesto destino no quiso concedérmelo.

 En mi orfandad, mendigo a la Justicia Divina para que el Cielo deje de llorar.

En esta tarde de otoño sombría, donde mis musas despiertas me dicen:

¡Que deje de llorar!

 Encarna Recio Blanco.




miércoles, 29 de mayo de 2013

La plaza llora...



 La plaza llora está noche.

Tras de mis cristales

 Oteo sus lágrimas.

Mil preguntas en mi mente

 Se amontonan

Y Dios…

¡Sin contestarlas!

 

Encarna Recio Blanco.