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domingo, 11 de junio de 2017

! Sí Señor! El vino puede sacar...


! Sí Señor!

 El vino puede sacar, cosas que el hombre se calla

Que deberían salir cuando el hombre bebe agua.

Va buscando, pecho adentro, por los silencios del alma

Y les va poniendo voces y los va haciendo palabras.

A veces saca una pena, que por ser pena, es amarga;

Sobre su palco de fuego, la pone a bailar descalza.

Baila y bailando se crece, hasta que el vino se acaba

Y entonces, vuelve la pena a ser silencio del alma.

 El vino puede sacar, cosas que el hombre se calla.

Cosas que queman por dentro, cosas que pudren el alma

De los que bajan los ojos, de los que esconden la cara.

El vino entonces, libera la valentía encerrada

Y los disfraza de machos, como por arte de magia...

Y entonces, son bravucones, hasta que el vino se acaba

Pues del matón al cobarde, solo media, la resaca.

¡El vino puede sacar cosas que el hombre se calla!

Cambia el prisma de las cosas cuando más les hace falta

A los que llevan sus culpas como una cruz a la espalda.

La puta se piensa pura, como cuando era muchacha

Y el cornudo regatea la medida de sus astas.

Y todo tiene colores de castidad, simulada,

Pues siempre acaban el vino los dos, en la misma cama.
Pero... ¡qué lindo es el vino! el que se bebe en la casa

Del que está limpio por dentro y tiene brillando el alma.

Que nunca le tiembla el pulso, cuando pulsa una guitarra.

Que no le falta un amigo ni noches para gastarlas.

Que cuando tiene un pecado, siempre se nota en su cara.

Que bebe el vino por vino…y bebe el agua, por agua."

A .Cortez
Encarna Recio Blanco.






martes, 7 de abril de 2015

Somos…dos rocas caídas de un cometa


Somos…

Dos rocas caídas de un cometa

Que se encontraron en la tierra.

Como dos espadas afiladas

Al acecho sin contienda.

Somos…

La escarcha y el fuego

Que se amalgaman.

Como la pena y la alegría

Mezcladas.

Somos…

Como dos diamantes

Pulidos  en un  cielo sin entrañas.

Dos gotas de aguas perdidas

En un océano inmenso…

Que se aman…

 

Encarna Recio Blanco.




viernes, 21 de diciembre de 2007

Llegaste cansada




Llegaste cansada, melancólica y fría.

Como la tormenta que cae sin llamar.

Llenaste de lodo las calles vacías

Envolviendo  todo con tu soledad.

 Clavaste las uñas, donde más dolía.

Fuiste despiadada y fuiste muy cruel.

Compasión te falta más que caridades.

Quien oye tu risa, ya no vuelve a ver.

Aquella mañana yo miraba al Cielo

Un Cielo desnudo y sin compasión

Lanzando preguntas a otro vil espacio

Ni  un eco responde a mi desazón.

Quien tapa tu manto no ve más el día.

Quien tienta tu calma no vuelve a surgir.

Porque eres huraña, tacaña y hastía.

Tú no tienes alma...te faltó vivir.

Muchos tienen miedo de tu fuerte azada

Que arranca de cuajo todo en derredor.

Y te importa poco el llanto y la rabia

Que cause tu mano, sin ningún pudor.

 Tú te lo llevaste sin pedir permiso.

A todos nos buscas antes o después.

No te importa el tiempo ni entiendes de halagos.

En tu agenda negra tu lista relees.

Pero que crueles fueron esas manos.

Para despedirnos, tiempo no nos dio.

Sabiendo que existes no te tengo miedo.

El día que vengas nos veremos tú, y yo.

Déjanos entrar en el Reino Eterno

Allí todos juntos a parar iremos

Donde nada existen ni clases ni edades

Los ricos los pobres...juntos y en unión.

Ten piedad del mundo y de sus desdichas.

No te lleves algo a tan temprana edad.

Contigo me encaro, ¡Muerte en esta tarde!

Por esta jugada...por este dolor.

 

Encarna Recio Blanco