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lunes, 4 de noviembre de 2019

He calculado las horas-De mi último libro (Atardeceres de Fuego)


He calculado las horas segundo a segundo.

Me fugué por las escaleras que las sombras

Me han construido como salida de emergencia.

Estoy atrapada en un laberinto sin poder escapar.

Era nuestra hora, nuestro espacio,

Nuestro momento. Y en esta ventana estoy

Por si te veo pasar, pero las horas se suceden

Sin poderlas controlar.

Pido a Dios desde mi rincón secreto

Que me deje un ratito sola entre tu pecho.

Que se acabe el mundo y se muera hasta el silencio.

Y que se marchen todos los tristes

Que esta noche, vinieron a mi entierro

 

Encarna Recio Blanco.

 


lunes, 29 de octubre de 2018

No me preguntes...


No me preguntes cuantos años tengo.

Pregúntame si tengo sueños si todavía soy

Joven o viejo.

Lo que importa es que soy un hervidero de sueños.

Si no, soy un fardo de la esperanza muerta.

 No me preguntes cuantos años tengo.

Si no cuantos besos di, besos de amor.

Si la juventud en mi es todavía una fiesta.

Si aprovecho cada instante.

Si bebo de la taza de la vida gota a gota.

Entonces…

 Poco me importan cuántas gotas quedan.

¡No me preguntes cuantos años tengo!


Encarna Recio Blanco



lunes, 6 de noviembre de 2017

En vela de noche y día...


En vela  de noche y día  paso contando las horas,

Por tu querer traicionero la pena, me está matando.

En penitencia  pregunto al Dios que nos da la vida,

Por qué te fuiste con ella si era a mí, a quien querías.

 

Llevo tus labios pegados mi boca ¡Vida mía!

Tus ojos son en mis noches las estrellas que me avivan.

Los dolores de mi alma tan sólo los calmarías,

Si volvieras  a mi lado para el resto de mi vida.

 

En vela de noche y día se agudizan mis tormentos,

Al pensar, que en otros brazos se está quebrando tu cuerpo.

Y yo sé, que tú me quieres, que me buscas a escondidas,

Por la calle de las ánimas vas con la cruz de la agonía.

 

Sé que me añoras en tu cama cuando tu cuerpo se enciende.

 Y que se  apaga al ver a la que a tu lado duerme.

Maldita sea la conjura. Maldito sea el dinero

Que no podrá comprar nunca un amor tan verdadero

¡Como el nuestro!

 

Encarna Recio Blanco.




sábado, 8 de abril de 2017

He calculado las horas-( De mi libro” Atardeceres de Fuego”)


He calculado las horas segundo a segundo.

Me fugué por las escaleras que las sombras

Me han construido como salida de emergencia.

Estoy atrapada en un laberinto sin poder escapar.

Era nuestra hora, nuestro espacio,

Nuestro momento. Y en esta ventana estoy

Por si te veo pasar, pero las horas se suceden

Sin poderlas controlar.

Pido a Dios desde mi rincón secreto

Que me deje un ratito sola entre tu pecho.

Que se acabe el mundo y se muera hasta el silencio.

Y que se marchen todos los tristes

Que esta noche, vinieron a mi entierro

 

Encarna Recio Blanco.






miércoles, 22 de febrero de 2017

Sólo quiero que pase

  


 Sólo quiero que pase el tiempo.

Que pase, que pase…

Que veloz huya.

Para aislar de mi mente,

 Ésta locura…¡Ésta locura!

 

Encarna Recio Blanco.






Escucha"SOLO QUIERO QUE PASE EL TIEMPO." en Spreaker.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Aroma de juncos entre tus cabellos...


Aroma de juncos entre tus cabellos

Hiedra verde crece sobre tu cuello.

 Violetas en tus labios carnosos y frescos

Mi cuerpo se enerva cuando me adentro.

 Entre tus brazos ardo, con tu sudor siento

En el vaivén que nos enciende el alma y el cuerpo.

 Emergen otra vez los tallos del deseo

Mientras las horas se desgranan

Entre los jadeos.

 Asidas las manos van por el camino

Del miedo

Ya se aproxima el adiós

¡Por el firmamento!

 

Encarna Recio Blanco.



viernes, 22 de febrero de 2013

Se me olvidó...



Se me olvidó
en el día que estaba.
El año que corría
y donde me encontraba.

Se me olvidó
la hora que era
si era verano,
o primavera.

Se me olvidó
desde donde partí
aquella sola noche
que no fui de ti.

Se me olvidó
que eras de otra
que también te quería...
¡!Como  yo te quiero, ahora!


Encarna Recio Blanco







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miércoles, 10 de marzo de 2010

Siempre el muro.



Siempre el muro entre nosotros

Siempre las mismas batallas

Siempre la espera a la puerta

De mis esperanzas.

Puse los soportes firmes

Aunque una soga me ataba

A tu amor de calenturas

Con esperas sin llegadas.

No me importó que las lenguas

Por detrás me criticaran

Cuando a escondidas veían

Que mi sombra te esperaba.

 No me importó malgastar

Mi incipiente lozanía

Ni que mi piel se manchara

Con tus caricias malditas.

No me importaron las horas

Los minutos y los días

En los que yo te esperaba

Sabiendo que no vendrías.

 He derribado aquel muro

Me encaré con la batalla

Y deshice aquella soga

Que me ahogaba.

He cerrado a cal y canto

Mi boca desesperada

Para no gritar tú nombre

En mis noches solitarias.

 Ahora me importa mi vida

La tuya dejo arrinconada.

Sigue sólo por tu calvario

Con esa cruz, que llevas a tu espalda.

  

Encarna Recio Banco.




miércoles, 15 de octubre de 2008

Cuando la vida me muestre




Cuando la vida me muestre

Razones para quererte…

Quizás ya no pueda amarte

Ni siquiera retenerte.

Ya no podré olvidar la farsa

Cuando tú me lo propongas.

Es injusto padecer

La agonía de las horas.

 Los minutos, los segundos

Que se paran en el tiempo

Y que me cuentan las mentiras

Que tú me has ido diciendo.

Que encienden todas las luces

Cuando quiero estar dormida.

Que hablan pegando gritos

Cuando el silencio me mina.

Déjame soñar que vuelo

Sin alas entre montañas.

Que no me asusta el invierno

Ni sus escarchas heladas.

 Déjame mirar al Cielo

Y ver que el Sol me ilumina

Para ver con claridad

El  teatro de tu vida.


Encarna Recio Blanco



sábado, 13 de septiembre de 2008

Hay momentos en la vida


 Hay momentos en la vida en que a veces, el alma te pide un respiro, el corazón un descanso y el cuerpo roto, te dice que pares.

 Cogí mi macuto repleto de libros para devorarlos, mis poesías que dormían tranquilamente en un rincón de mi memoria, cuatro faldas y un pantalón raído y me tiré como la cabra al monte.

Me perdí por una senda donde sólo se oía a los pájaros, a los árboles con sus vaivenes llenos de ése sol que quema y que abrasa en el verano mediterráneo, pero que su sombra me servia como cobijo en los atardeceres.

 Sin relojes que me anunciaran cuando y como, tenía que seguir o parar, sin periódicos que me sobresaltaran por las noticias cada vez más inquietantes, lejos de la  recesión, la inflación y tantos epítetos, de los políticos de turno, de la tan cacareada crisis económica, que me hacía reír cada vez que veía a las caravanas de coches enfilando las costas, y que por supuesto, tenían la necesidad y el derecho, de disfrutar de sus vacaciones cada uno como les diera la gana.

Siempre he sido testaruda y poco paciente para mis cosas, he querido poseer montañas aunque estuviera debajo de las arenas movedizas de este mundo, pero Dios, el mundo, la vida que siempre está condicionada por elementos ajenos, a veces, te dice que pares un poco y le hice caso.

Por eso me he perdido,  para encontrarme y aquí estoy con mi piel que negrea, pero con mi alma relajada, con más fuerzas y nuevas ilusiones para seguir en la brecha.
Deseo amigos que cada uno de vosotros hayáis disfrutado de un verano a vuestro gusto, y que ahora empecéis con ánimo, con alegría a ganar el pan nuestro de cada día.

Un beso para todos los que me leéis, y para los que no les guste la poesía decirles que se abstengan de entrar en este blog y menos de poner comentarios obscenos, que pueden herir a mis amigos, que en resumidas cuenta sois vosotros.

De nuevo con vosotros amigos en el rincón de la paz el amor y la poesía.

 Encarna Recio Blanco.



lunes, 5 de mayo de 2008

Ahora que ya no mato por ti



Ahora que ya no mato por ti, que no me muero por verte

Preguntas desesperado que pasará por mi mente.

Cuando da igual si volver, si girar o ir de frente

Cuando queda la intención de nunca más ir a verte.

Ahora que ya es muy tarde pretendes que yo me quede

En el rincón del olvido esperando a que regreses.

El tiempo que nos pasó, las lunas que nos velaron

Y la extraña sensación de perderte… se esfumó.

Queda la compasión de sentirlo y no amarlo

Para mí ya es igual que ese tren que está pasando.

Donde una vez hubo llamas, ahora solo hay fracasos

Donde apagaron los fuegos la plenitud de un verano.

Vuelven los pasos perdidos de un transeúnte olvidado

Laberintos de pasiones que al final fui desvelando.

En la autopista del cielo no caben nuestros pecados

Ni los renglones torcidos que quisimos  sujetarlos.

Alguien me quiere contar un cuento que estoy viviendo

Ya  lo conozco muy bien porque lo estoy padeciendo.

Y aunque su eterno final Sonroje mi sufrimiento

Es mejor sentirlo una vez que vivir sin conocerlo

Tanto fue lo que temí, al día que no volvieras

A las noches y las horas que no pasaste a mi vera

Que el miedo se convirtió en lo que llaman paciencia

Y con un poco de valor se transformó en transigencia.

Y como  suele pasar lenta pero directa…

Esa estupenda virtud, se tornó en indiferencia.

Ahora ya es muy tarde para cambios o perdones

O para buenas razones que alguna vez no me diste.

No pretendas suplicar lo que quise regalarte

Para las cosas hay tiempo y el tuyo

Lo malgastaste.

 

Encarna Recio Blanco.



sábado, 3 de mayo de 2008

Algunos pasan juntos...



Algunos pasan juntos miles de horas al día

Nosotros sólo segundos, pero valen una vida.

Hay gente que duerme junta todos los días del año.

Nosotros, tan sólo uno pero nos amamos.

 Hay seres que  van caminando por la misma vereda

Y con distintos destinos.

Nosotros somos dispares y nunca partimos juntos

Pero estamos siempre unidos bajo la luz de ése punto.

Algunos pasan el tiempo durmiendo bajo montañas

 Y nosotros las soñamos y escalamos las más altas.

Hay personas que envejecen al lado de quien se casa

Ni se miran a los ojos y no se conocen de nada.

Tú y yo a cada lado de un mundo tan diferente

Moriremos abrazados lejos de toda esa gente.

Hay vidas que se recorren en un mísero momento

Y momentos que se viven…hasta el final de los tiempos.


Encarna Recio Blanco.





jueves, 27 de diciembre de 2007

Un...Dos...Tres.




Un cigarrillo, dos, tres…

Nadie viene, nada pasa.

Ya me cuento seis

Y casi me ahogo.

Sopla que te sopla

Que no es el cigarro

El que ahora me ahoga.

 Es que… ¿Sabes qué?

Que me encuentro sola.

Solita otra vez.


Encarna Recio Blanco