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lunes, 18 de marzo de 2019

Es tu nombre la canción...


Es tu nombre la canción

Que  mi boca paladea,

Con el néctar de las flores

Que elaboran las abejas.

Son tus manos mi soporte

Cuando me abrazas con fuerza.

El mundo se me detiene

Y el Cielo, me abre sus puertas.

Tu mirada es el sosiego,

De mis ansias y quimeras.

Cuando me miro en tus ojos

Se funde el Cielo y la Tierra.

Es tu boca mi refugio

Donde habita mi impaciencia,

Para que nunca mi amor,

Te separes de mi vera.

Es tu pecho mi descanso

Después de habernos amados.

Y en tu refugio me anido

Para vivir lo soñado.

Son tus sueños mi condena

Cuando no estás a mi lado,

Porque los celos me mueren

Si no puedo despertarlos.

Tu corazón es la urna

Que anida mi risa y llanto.

Mi amor, mi locura y la pasión,

Que siento cuando te abrazo.

Tu alma es el regalo

Que los Cielos me mandaron,

Para que viera que existen…

¡En la tierra los milagros!

 

Encarna Recio Blanco



sábado, 6 de octubre de 2018

A nadie diré que de ti...


A nadie diré que de ti me enamoré.

Ni lo que vi en tu mirada

Si era fuego, o escarcha.

Tenías  un candado en el alma.

El corazón sin llamas en aquella mansión

Sin puertas, ni ventanas.

Fuiste la llave de mi puerta cerrada.

Témpano de hielo, en mi hoguera que estallaba.

No diré a nadie que de ti me enamoré,

Porque ya tenías esposa, en otro cuartel.

Nuestros mundos tan opuestos y tú, portando las arras

De aquel funesto festín sin el pan, y sin el agua.

Se encargaron de avisarme las lenguas mundanas

Que eras un ladrón fugado de otra jaula.

Lo fuiste todo en mi vida, el fuego y el hielo.

La tormenta y el pedrisco, el cielo y el infierno.

A pesar que te quería más que a mi vida…

Hice mis maletas y volé de tu vista.

Sé que conociste conmigo el amor,

Pero  fuiste muy cobarde…

¡En tan triste decisión!


Encarna  Recio Blanco.





lunes, 11 de diciembre de 2017

Entrégate-De mi último libro (Atardeceres de fuego)


 

Entrégate con la ambición

De un borracho

En la taberna de mi cuerpo.

  Entrégame tus misterios

Para que yo lo despliegue.

 Navegaré con los frutos

De tu voluptuosa cosecha,

 Esparcidas por mis senos

Que ardientes lo esperan.

 Cráter de lava que me ciega,

 Huracán que me eleva

Por la pendiente de la locura

En el paraíso, de nuestra noche sin luna.

 No te detengas…no te detengas y sigue,

Al ritmo pausado de las cuerdas,

De la guitarra y de tus dedos,

Sobre mis piernas.


 Encarna Recio Blanco.





miércoles, 6 de diciembre de 2017

A ti me arrojo sin vacilar...




A ti me arrojo sin vacilar
Por la llanura de tu cuerpo.
Mójate en mi cascada arrolladora
Y bebe de mis aguas peligrosas.

En el viaje hacia la meta
Corona con tus manos mi impaciencia
Habítame con los suspiros
De tu frondosa sementeras.

Queriéndote ahogar en el placer
Mi cuerpo, no tiene hartura.
Cual un corcel desbocado
Se pierde, por la llanura.


Encarna Recio Blanco.



miércoles, 22 de noviembre de 2017

Quemarme en tu fuego.


Quemarme en tu fuego.

Arder en tu hoguera

Donde las pasiones,

Más se nos enciendan.

Un estruendo de placer

A los dos nos aloca,

Y el frío viento de la noche

En volcán se torna.

Unas campanadas se oyen…

Llaman a boda.

La noche nos acuna

En nuestra ceremonia.


Encarna Recio Blanco.




domingo, 19 de marzo de 2017

Ante mi universo de hambre...


Ante mi universo de hambre

Sólo quiero oír tu voz y que me abraces

Para que me  transportes a tu  infinito edén

Y así saciarme.

Distorsiona el silencio de la noche

Mis suspiros, que cuales fibras rotas,

 Quieren escaparse de mí

Para ir en tu búsqueda.

El fuego juega con mi espera

 Copiosamente.

Amilanada acaricio mi piel buscando

La sombra de tus huellas.

Para que habites en mí que soy refugio.

Tu manantial, tu fuente fresca.

El vino que emborracha tus sentidos

Y el maná sagrado que te sustenta.

Tú eres el propietario de mi campo.

El sembrador de mis sueños en mi tierra

Porque sabes deshacer con tus abrazos,

Mis penas y mis  tristezas.

 

Encarna Recio Blanco.






miércoles, 14 de diciembre de 2016

Sólo el abismo nos vigila.


Sólo el abismo nos vigila

Para engullirnos en sus infiernos,

Nuestros cuerpos, destilando amor,

Se hunden por el misterio.

El fuego de la carne nos abrasa

Las palabras enmohecidas se atragantan

Bajo la noche que nos ronda

En el tálamo escarlata.

Sabor a pimienta  entre nuestros labios,

El fuego arrasa nuestras almas,

Por el adiós que se aproxima,

Sin concluir, nuestra labranza.

  

Encarna Recio Blanco.




jueves, 1 de diciembre de 2016

La pasión dormía en mi cama...


La pasión dormía en mi cama

Cuando el mar se desbordó

 Bajo las sabanas blancas

Voy dibujando al amor.

El fuego ya se ha derretido

En mis cristales del alma,

Aterida me cobijo en el silencio,

 De la fría madrugada.

La melancolía me acecha

Con negra guadaña,

Por la calle de las ánimas

Cuando te vas, a tu casa.

Y espero en esa estación

Hasta que me apresa el alba,

Por si viniera ese tren

Que un mal día se llevó…

¡Mis esperanzas!

 

 Encarna Recio Blanco.





sábado, 19 de noviembre de 2016

Acúname y no me despiertes...


Acúname y no me despiertes

Que tus brazos me rodeen

Que el aroma de tus labios

Quiero beber.

Alarga la noche, hazla interminable

Que quiero sentirte hondo

Hasta que el fuego

Nos abrase.

No te detengas y sigue…

Sigue labrando en mí campo

Que ansioso espera la semilla

Para que germine. 

 

Encarna Recio Blanco.

 


martes, 16 de febrero de 2016

Te haría el amor...


Te haría el amor ahora entre estas cuatro paredes.

Con mi alma con mi cuerpo, con mis manos con mi mente. 

Te besaría en los labios como el sol besa mi frente

Y mordería los  hilos que me atan y me hieren.

 Arrastraría el pecado de quererte a mi manera

Te  arañaría el costado y tú pecho que es de cera.

 Aferraría tu carne acariciando tu espalda

Y dejando que el silencio me envolviera en esta estancia.

 Tejería con mis manos los minutos traicioneros

Que amenazan con que llegue la hora en la que te espero.

 Quiero saciarme en tu cuello con mi lengua que es muy sabia

Para prenderme en tu fuego y arder entre tu brasas.

 Bordaría con mis manos la estampa de la locura

Que nos llena de ése halo de amor y de calenturas.

 Lamería con mis labios los tuyos que son de fuego

y haría una parada en la estación del deseo.

 Te haría el amor ahora o en cualquier hora del día…

Te estaría haciendo el amor cariño

Hasta que me quede un soplo de vida.

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 6 de enero de 2016

No me gusta ver que el monte se queme...

 

No me gusta ver que el monte se queme.

Ni  que en los hospitales las camas escaseen.

Ni que los hombres maten a sangría fría a su mujer

A su amante, a sus hijos, o a la madre que les dio la vida.

No me gusta que en las manos se porten fusiles.

Que las casas estén ateridas, ni que a los niños

 Les falte comida y abrazos, ni a los solos la compañía.

 No quiero que el amor se pague, ni que con la sangre

Se riegue la tierra, ni que aquel  que trabaje no coma

Ni  que al que llora, no se le consuele.

No quiero ver  cuerpos andantes sin vida en sus ojos.

Ni las opulencias de los egoístas, atesorando banales tesoros.

 No quiero ver odio en los corazones, ni indiferencias

Maltrechas, caminando con pasos amilanados, por las frías aceras.

No quiero oler la droga en los puertos, ni las cárceles

Llenas de penas, ni a los inocentes clamando

Por las justicias que los condena.

No quiero  ver por los aires que se ondulen banderas.

Ni que el mar se divida en porciones.

Ni que al barbecho le falte la siembra.

No quiero ver hemiciclos tan llenos de fieras

Legislando a diestro y siniestro, sin sangre en las venas.

No quiero ver manos tendidas, a las puertas de una iglesia.

Ni a rufianes con coronas en cabezas huecas.

No quiero ver el mundo cual polvorín, pendiente de una mecha

Que tarde o temprano, saltará, dejando en cenizas

La faz de esta tierra.

¡Que nadie ose cortarme las manos para que no escriba!

¡Ni ponerme una venda en mi boca, para que no grite!

 

Encarna  Recio Blanco.




viernes, 9 de octubre de 2015

!Te amo!


!Te amo!

Te amo, de una manera inexplicable.

 De una forma inconfesable.

 De un modo contradictorio…

 ¡Pero te amo! Con mis estados de ánimos

Que son muchos,  y cambian de humor

 Continuamente.

¡Te amo! Por lo que sabes,

El tiempo, la vida, y la muerte.

 Con el mundo que no entiende.

 Con la gente que no comprende.

Con la ambivalencia de mi alma.

 Con la incoherencia de mis actos.

Con la fatalidad del destino.

 Con la conspiración del deseo.

 Con la ambigüedad de los hechos.

Aún cuando te digo que no te amo.

 ¡Hasta cuando te engaño, no te engaño!

 En el fondo llevo a cabo un plan

 Para amarte más, y mejor.

¡Te amo! Sin  reflexionar, Inconscientemente,

 Irresponsablemente, Involuntariamente.

  ¡Te amo! con un cuerpo que no piensa.

 Con un corazón que no razona.

 Con una cabeza que no coordina.

 Incompresiblemente sin preguntarme,

Por qué te amo.

Sin importarme por qué te amo.

Sin cuestionarme por qué te quiero…

 ¡Y te amo tanto!

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 31 de mayo de 2015

Del lecho hicimos nuestro altar. De mi libro."Atardeceres de Fuego"



Del lecho hicimos nuestro altar

Y en la sublime ceremonia

Bebimos hasta  emborracharnos

Con el néctar más puro

De las rosas.

Los mares se desbordaron

Por nuestra piel

Que ardiente y sudorosa

Se mecían como el viento

 Sacude  las hojas.

El hambre la saciamos

Con el pan que la pasión dora

En el horno incandescente

 De la lujuria más sonora.

 En el horizonte de los quejidos

Nuestras  pieles se  sonrojan…

 Resbalándonos tras las sabanas

Caímos a la mullida alfombra.

 ¡Allí nos esperaban las dos copas!

 De tanto trepar por la empinada cuesta

Nuestros cuerpos se abandonan

Hacia el precipicio de la noche

Que nos abre de par en par…

 Las puertas de la aurora.

 Los fuegos se calmaron

Con  el laúd y la estrofa  en nuestras bocas

Y un trozo del Cielo apareció…

Para asistir a nuestra sublime ceremonia.

 

Encarna Recio Blanco.