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jueves, 7 de mayo de 2020

Cuando la tormenta pase...



Cuando la tormenta pase y se amansen los caminos

Y seamos sobrevivientes de un naufragio colectivo.

Con el corazón lloroso y el destino bendecido

Nos sentiremos dichosos tan sólo por estar vivos.

Y le daremos un abrazo al primer desconocido

Y alabaremos la suerte de conservar un amigo.

Y entonces recordaremos todo aquello que perdimos

Y de una vez aprenderemos, todo lo que no aprendimos.

Ya no tendremos envidia pues todos habrán sufrido.

Ya no tendremos desidia seremos más compasivos.

Valdrá más lo que es de todos que lo jamás conseguido.

 Seremos más generosos y mucho más comprometidos

Entenderemos lo frágil que significa estar vivos.

Sudaremos empatía por quien está y quien se ha ido.

Extrañaremos al viejo que pedía un peso en el mercado,

 Que no supimos su nombre y siempre estuvo a tu lado.

Y quizás el viejo pobre era tu Dios disfrazado.

Nunca preguntaste el nombre porque estabas apurado.

Y todo será un milagro y todo será un legado.

Y se respetará la vida, la vida que hemos ganado.

 Cuando la tormenta pase te pido Dios, apenado,

Que nos devuelvas mejores, como nos habías soñado.

Alexis Valdés

Encarna Recio Blanco





miércoles, 17 de abril de 2019

No me mueve, mi Dios...


No me mueve, mi Dios, para quererte

El cielo que me tienes prometido,

Ni me mueve el infierno tan temido

Para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte

Clavado en una cruz y escarnecido,

Muéveme ver tu cuerpo tan herido,

Muéveme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,

Que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

Y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

Pues aunque lo que espero no esperara,

Lo mismo que te quiero te quisiera.

Anónimo

Encarna Recio Blanco.





viernes, 2 de noviembre de 2018

Apareció el otoño de pronto...


“Madre, la muerte no existe.
La gente solo muere cuando la olvidan.
Por eso tú, siempre vivirás en mí,
Porque siempre te recordaré.”




Apareció el otoño de pronto, con sus notas de melancolía.

El Cielo  se vistió de luto y mis lágrimas en la tierra seca,

 Se derretían.

Apareció el otoño  de pronto con sus melodías de cenizas.

De caracolas muertas, de barcos anclados,  sin  las brisas.

De ríos dormitando de rebaños asustados, de hojas

Por el suelo alfombrando las puertas  de mi llanto.

Este otoño no es como los otros porque se ha llevado

Los brazos de mi madre aquellos brazos que siempre

 Me estaban abrazando, esta mañana de otoño

Estoy triste muy triste… porque ya no tengo

 Los besos de mi Madre, por eso ahora…

  ¡Ya no quiero los besos de nadie!

 

Encarna Recio Blanco.




miércoles, 10 de octubre de 2018

Puedo tocar tu mano...


Puedo tocar tu mano sin que tiemble la mía,

Y no volver el rostro para verte pasar.

Puedo apretar mis labios un día y otro día...

¡Y no puedo olvidar!

Puedo mirar tus ojos y hablar frívolamente,

Casi aburridamente, sobre un tema vulgar,

Puedo decir tu nombre con voz indiferente...

¡Y no puedo olvidar!

Puedo estar a tu lado como si no estuviera,

Y encontrarte cien veces, así como al azar

Puedo verte con otra, sin suspirar siquiera…

¡Y no puedo olvidar!

Ya ves: Tú no sospechas este secreto amargo,

Más amargo y profundo que el secreto del amor

Porque puedo dejarte de amar, y sin embargo...

¡No te puedo olvidar!

J.A. Buesa

Encarna Recio Blanco





martes, 3 de abril de 2018

Hoy siento en el corazón...


Hoy siento en el corazón

Un vago temblor de estrellas,

Pero mi senda se pierde

En el alma de tiniebla.

La luz me troncha las alas

Y el dolor de mi tristeza

Va mojando los recuerdos

En la fuente de la idea.

Todas las rosas son blancas

Tan blancas como mi pena

Y no son las rosas blancas

Que ha nevado sobre ellas.

 Antes tuvieron el iris.

También sobre el alma nieva.

La nieve del alma tiene

Copos de besos y escenas

Que se hundieron en la sombra

O en la luz del que las piensa.

La nieve cae de las rosas

Pero la del alma queda

Y la garra de los años

Hace un sudario con ellas.

 ¿Se deshelará la nieve?

Cuando la muerte nos lleva

¿O después habrá otra nieve?

Y otras rosas más perfectas.

 ¿Será la paz con nosotros?

¿Cómo Cristo nos enseña?

O nunca será posible

La solución del problema.

¿Y si el amor nos engaña?

¿Quién la vida nos alienta?

Si el crepúsculo nos hunde

En la verdadera ciencia.

Si la esperanza se apaga

Y la Babel se comienza,

¿Qué antorcha iluminará?

¿Los caminos en la Tierra?

Si el azul es un ensueño,

¿Qué será de la inocencia?

¿Qué será del corazón?

Si el Amor no tiene flechas.

¿Y si la muerte es la muerte?

Qué será de los poetas

Y de las cosas dormidas

Que ya nadie las recuerda.

¡Oh sol de las esperanzas!

¡Agua clara! ¡Luna nueva!

Corazones de los niños

Almas rudas de las piedras.

Hoy siento en el corazón

Un vago temblor de estrellas

Y todas las rosas son

Tan blancas como mi pena.

G. Lorca

 

Encarna Recio Blanco




lunes, 26 de marzo de 2018

Madre abre el arcón negro...


Madre abre el arcón negro  y saca  mi túnica morada

Que a la vuelta de la esquina, está la Semana Santa.

  Ya tocan a duelo Madre, ya se oyen las campanas.

Ya viene solemne y triste…la Virgen de la Esperanza.

Por las calles va el cortejo, hasta que despunte el alba,

Bajo un cielo sin estrellas y una luna desmayada.

 Huele a cera derretida Madre, a pecados cometidos.

A las heridas abiertas de Nuestro Señor Jesucristo.

 Ya voy descalza tras ellos  escondiendo mi pena

Y mis lágrimas, que resbalan por mi cara,

 Cuando veo tan triste, a Su Madre enlutada.

Al Nazareno voy clamando  desde el fondo de mi alma.

Descalza  y desgajada voy pidiendo, el perdón

Que quien lo mira lo alcanza.

El perdón para este mundo que lo profana.

  Lo pende de un leño y lo clava en el madero,

 Con su sangre celeste derramada.

Le pido por los mayores olvidados.

 Por los enfermos sin esperanzas.

Por los pobres de espíritu, y por los

Que no tienen alma.

Por los niños solos y abandonados.

Por los mayores olvidados.

Por los desterrados sin país, ni casa.

Y por todos aquellos, que no creen en nada. 

¡Voy pidiendo la Paz del mundo Madre,

¡Que nos hace mucha falta!

Para que las guerras terminen

Y se eliminen las armas.

Al ver al crucificado la Tierra y los Cielos

Lloran.

Y yo madre, en duelo sigo acompañando…

A la Virgen de la Esperanza.

 

Encarna Recio Blanco




domingo, 11 de marzo de 2018

Gabriel… ¡Apareciste Angelito!


Gabriel… ¡Apareciste Angelito!

Pero con tus alas rotas y un escozor en mi alma

No me deja respirar por el dolor que hoy, a todos nos asola.

 ¡Quién te cortó tus alitas! ¡Quién te privó de la vida!

¡Quién fue capaz de matarte, a sangre fría!

¡Quien se atrevió a despojarte de de tu risa y tu alegría!

¡De tus ojos que se abrían a primaveras floridas!

 ¡Quien osó destrozar esa ilusión que tenías en tu carita!

 Cual presa inocente caíste,  en esas manos cobardes

Y asesinas.

 Tú eras el amor andante. Tú tenías por delante, toda una vida

 Para aprender que hay senderos, sólo poblados de las espinas.

 Para comprender que hay seres humanos que tienen 

Buenos sentimientos.

Y para saber que también existen otros, que están repletos

De odio.

 Eras tan niño que no sabías que hay manos sucias

Que asesinan.

Sin corazón, ni compasión talando  un rosal y dejarnos

Las espinas.

Preguntas y más preguntas, que nunca tendrán respuestas,

Al ver tu cuerpo cual fardo sin vida,  en una negra maleta.

Ahora ya estás en la Luz. Dios te acogió con los brazos abiertos.

Te compuso tus alas para volar por el infinito…

¡Con tus bracitos abiertos! Descansa en Paz Gabriel.

 

Encarna Recio Blanco

 


sábado, 10 de marzo de 2018

¿Te has perdido en el mar pescadito?

 ¿Te has perdido en el mar pescadito? ¿Te ha cazado con su red algún pescador furtivo? ¿Acaso estás herido entre las rocas? ¿O estás en cualquier cueva oscura y Negra?

  ¡Donde estas niño precioso! lejos de tu padre y de tu madre; que lloran Desconsolados tu ausencia, sin tener el consuelo de nadie.

Todos te estamos buscando, por el mar y la montaña, por los senderos rocosos, Cerca Y lejos de tu casa.

 Gritamos para que vuelvas…y si una mano cruel te tuviera amordazado…

Quiera Dios que lo ilumine para que te deje libre y puedas volver sano y salvo.

 Me duele al alma pescadito (Como te llaman tus padres) al ignorar tu paradero.

Mi corazón sufre por tu ausencia y el tremendo dolor de tus padres.

Desde mis letras pido clemencia al cielo para que te liberen, y no te hagan más daño Gabriel…vuelve que tienes que volver a cantar la canción de los girasoles.

 

Encarna Recio Blanco



viernes, 19 de enero de 2018

Amar es triste a veces...


Amar es triste a veces, más triste todavía que no amar.

 El amor no siempre es alegría.

Tal vez, por eso mismo, es eterno el amor:

Porque, al dejarnos tristes, hace dulce el dolor.

 Amar es la tristeza de aprender a morir.

Amar es renacer. No amar, es no vivir.

El amor es a veces lo mismo que una herida,

Y esa herida nos duele para toda la vida.

Si cierras esa herida tu vida queda muerta.

Por eso, sonriendo, haz que siempre esté abierta;

Y si un día ella sola se cierra de repente,

Tú, con tus propias manos, ábrela nuevamente.

Desdichada alegría que nace del dolor.

De un dolor de la rama también nace la flor.

Pero de esa flor efímera, como todas, se mustie,

Y la rama se queda contraída de angustia.

Cada hoja que cae deja el sitio a otra hoja,

Y así el amor -resumen de toda paradoja-

Renace en cada muerte con vida duradera;

Porque decir amor, es decir primavera.

No quiero que mis fuerzas se extingan

  Trabajo con ellas,

 Son las que dejan a mi corazón

En el barbecho para la siembra.

 Dejadme con ellas a cuesta por senderos

Con flecos de la verde hierba

¡Que no me pesan!

Que son las que  me ponen las alas

Para volar por el cielo con ellas.

Las que me hacen que no me aleje

De un mundo donde las guerras pululan.

Donde los  niños lloran entre balas.

Donde el hambre cuesta lagrimas.

Donde los poderosos sementales

 Sacian sus vicios violando a niñas.

Donde los seres humanos mueren

Cada día en el mar a la deriva.

 ¡Dejadme que trabaje con ellas!

Que siga buscando el camino de la luz

Para encontrar donde posarme.

Donde poder tocar la lira y escribir.

 En el desconcierto de una tierra

Que se va desgranando poco a poco.

 Quisiera alejarme de este mundo.

 Un mundo donde el tiempo se malgasta

 En forjar cadenas.

En llenar de sucios dineros las alacenas.

Donde se asesina y se roba a sangre fría.

Donde la justicia está podrida y retardada.

Donde los montes mueren ardiendo

Hecho cenizas.

Pero no puedo,  alejarme de la faena,

Mis fuerzas me atizan para que siga en la brecha,

Y para denunciar el horror que asola esta tierra.

Legisladores, dirigentes, mandatarios,

Políticos de tres al cuarto, gobernantes,

¡Cabezas pensantes!

¡Qué hacéis! en un mundo donde el hambre,

 Las miserias y las injusticias

Acosan a tantos seres humanos.

¡Solo tenéis hambre  de poder!

¿Donde está vuestra vergüenza?

¿Dónde vuestro corazón?

¡Dios mío…Dios mío!

¡Porqué nadie me oye!

¡Porqué!

 Encarna Recio Blanco



 Buesa

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Quemarme en tu fuego.


Quemarme en tu fuego.

Arder en tu hoguera

Donde las pasiones,

Más se nos enciendan.

Un estruendo de placer

A los dos nos aloca,

Y el frío viento de la noche

En volcán se torna.

Unas campanadas se oyen…

Llaman a boda.

La noche nos acuna

En nuestra ceremonia.


Encarna Recio Blanco.




domingo, 19 de noviembre de 2017

Si consigo evitar que un corazón se rompa…


Si consigo evitar que  un corazón se rompa…

¡No habré vivido en vano!

Si consigo aliviar el dolor de una vida,

Calmar una pena, o tan solo,

Que vuelva el pájaro  desvalido a su nido.

¡No habré vivido en vano!

Quien hace algo para ayudar sincera

Y gratuitamente a los demás,

¡No ha vivido en vano.

Vive en vano solamente aquel,

 Que se encierra estéril en su egoísmo

Aquel que pasa distraído a la vera del que sufre.

Vive en vano aquel que sólo piensa en acaparar

Y nunca en compartir.

Nada de lo que hayas hecho a favor de los demás

Nada será inútil.

Al final de tu vida lo que  de verdad tendrá

 Importancia será, la ayuda que habrás

 Prestada a tus semejantes.

En el momento de la verdad,

Solamente los demás, constituirán

 Tu gran recompensa.

¡Porque amigos! Siempre es mejor dar…

¡Que recibir!

 

Encarna Recio Blanco.




lunes, 6 de noviembre de 2017

En vela de noche y día...


En vela  de noche y día  paso contando las horas,

Por tu querer traicionero la pena, me está matando.

En penitencia  pregunto al Dios que nos da la vida,

Por qué te fuiste con ella si era a mí, a quien querías.

 

Llevo tus labios pegados mi boca ¡Vida mía!

Tus ojos son en mis noches las estrellas que me avivan.

Los dolores de mi alma tan sólo los calmarías,

Si volvieras  a mi lado para el resto de mi vida.

 

En vela de noche y día se agudizan mis tormentos,

Al pensar, que en otros brazos se está quebrando tu cuerpo.

Y yo sé, que tú me quieres, que me buscas a escondidas,

Por la calle de las ánimas vas con la cruz de la agonía.

 

Sé que me añoras en tu cama cuando tu cuerpo se enciende.

 Y que se  apaga al ver a la que a tu lado duerme.

Maldita sea la conjura. Maldito sea el dinero

Que no podrá comprar nunca un amor tan verdadero

¡Como el nuestro!

 

Encarna Recio Blanco.




domingo, 28 de mayo de 2017

Hoy lloran los sauces del río...Madre.


Hoy lloran los sauces del río.

 Los naranjos y los limoneros.

Las campanas gimen y gimen

Con un tañer inquieto.

Hoy llora una canción sin estribillo.

Los besos aplazados…

Llora mi despedida a tumba abierta

Al ver tu cuerpo tan frío.

Hoy el monte se viste de luto.

Impacientes los cipreses se alertan

Llaman a duelo a las mariposas

Que aletean por el sendero.

Hoy llora mi corazón sin poder contenerlo,

Lágrimas de cera que arden,

En esta losa fría del cementerio.

Hoy te has ido y yo me encaro con la muerte

Aún sabiendo a ciencia cierta,

Que Dios te tiene abiertas de par en par,

Las puertas del Cielo.

Esta noche veré a una estrella más

Brillando en los Cielos.

Es ella…es ella que ha llegado

Con su enorme cargamento.

 

Encarna Recio Blanco.