domingo, 17 de diciembre de 2017

Mis palabras esta noche-Reflexiones-


Mis palabras esta noche, van dirigidas a vosotros mis amigos que me visitáis en mi blog, y que ahora me leéis,  tal vez ni nos conocemos pero que os siento.

 Ya estamos en Navidad, unos días en los que la familia se reúne, llegan los familiares lejanos al redil, días de regalos, de abrazos, de buenos deseos, donde los hogares y las calles se adornan con luces de colores, donde en las mesas se apiñan los manjares, el champán y el turrón, alegrado con ello las dulces veladas.

 En estos días, también hay otros seres humanos que están solos, que están  enfermos en hospitales, muchos médicos, que no pueden comer con sus familiares, porque tienen que cuidarles, aquellos que están separados y no pueden cenar con sus hijos, los que no tienen familia, y deambulan de un lado para otro  sin cobijo, los presos entre rejas y que son inocentes, o los culpables,  los que perdieron a sus seres queridos, a todos los que van la deriva en pateras y se dejan la vida, ondean en  mares furiosos, diariamente en  Noche Buena y a tantos otros, que por no tener, no tienen, ni quien puedan darles un abrazo.

Quiero deciros en esta pequeña reflexión, que todos somos hermanos, que podemos ser amigos, y a todos vosotros, que aunque no os conozca, se que estáis ahí.

Quiero que sepáis, que haya en el mundo muchas personas,  que se acuerdan, no solo en estas fechas tan entrañables, si no siempre, de las desdichas y las penurias de los demás.

En todos los seres humanos del mundo, existe la alegría y también, la pena, en todos los corazones, el dolor a veces anida, la felicidad es efímera como la vida misma, unas gotas de ella, a veces, nos emborracha, cuando no la tenemos ni la sentimos, parecemos fantasmas errantes, que deambulamos de un lado para otro, para buscarla.

Por eso, en estas fechas y en otras similares, hay que sacar las fuerzas en los infortunios, que tenemos que avivar la fe, hacernos amigos del enemigo, dar  agradecimiento y calor, a las puertas que se nos abren, a una mano tendida que te aprieta, a una sonrisa que te alienta, y aquella estrella fugaz, que te alumbra aunque solo sea, un  instante.

Hay que cultivar esa semilla Divina, con la que Dios siembra, y que florece en todos  los corazones generosos, para luego llevarle los frutos de su cosecha, el día que nos llame para irnos, hacia su Cielo.

¡Que su Luz nos ilumine estas Navidades, y eternamente!

¡Felices Navidades amigos!


Encarna Recio Blanco.


 


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